En estas líneas vamos a comprender que el ser humano con acceso a la tecnología hoy ha evolucionado hacia el aprovechamiento de un tercer hemisferio, externo y lleno de información confusa pero repleto de opciones al momento de elegir cómo usarlo. No vamos a hablar de un órgano físico, sino de una extensión de nuestras capacidades cognitivas y de memoria, facilitada por internet, su información y los nuevos métodos para acceder a ella.
Sí, posiblemente a todos nos tomó por asalto la idea, si hoy perdieras acceso a la red, sería grave, anularía gran parte de tu base de conocimiento. Imaginemos un día sin acceso a internet. La mayoría de nosotros no podríamos trabajar, estudiar, o incluso comunicarnos de manera efectiva. Las transacciones bancarias, la investigación académica, y hasta las interacciones sociales dependen de una conexión constante y fiable.