lunes, 13 de mayo de 2024

Burnout, qué lo produce, 5 técnicas para evitarlo.






Desaparecés en el medio del todo, te hacés nada y te sumergís en lo más profundo de ese lugar donde viven los diablos, donde cada uno de tus miedos se hace realidad. Es tu mente después de todo, quién decide albergarlos sos vos quien les da la posibilidad de tomar una parte de tus momentos, de tus anhelos, de cada uno de tus más húmedos deseos, de cada añoranza, de cada esperanza. 


Qué estás esperando para cambiar el orden de esa señal que no te deja avanzar, escudandote quizás en un sinfín de excusas sociales y laborales, el mundo está ahí para que lo vivas, para que sea tuyo, para que no pierdas tu tiempo en aquello que vive en el pasado y no lo inviertas todo en lo que aún no sucedió.




La realidad de este presente en el que nos toca vivir apunta a la incongruencia en la que dejamos de lado nuestra propia salud por ser parte de algo más grande. Por algún motivo dejamos de permitirnos respirar, sonreír, porque nos imponemos el deber que otros nos endilgan y muchas veces lo hacemos maquinalmente porque no tenemos un motivo más importante que la autoimposición de un camino que parece ir en círculos y que no tiene ninguna chance de evolución. 


Te sentis quemado o burnout, con desgano, sin motivo, tu palabra mas mencionada se relaciona con el cansancio, las sonrisas no aparecen y te sentis en una bruma, que te aisla, y te detiene, una suerte de transformador que se lleva parte de tu energía. 


El estrés es el componente esencial para el burnout


¿Pero qué procesos contribuyen al burnout, a sentir que tenes la cabeza quemada?, el cansancio, los nervios, la constante carrera por lograr ese “deber ser”, ya sea en lo laboral, en lo sentimental, o en lo personal, hace que nuestro organismo produzca neurotransmisores que están en su lugar con el fin de hacernos más rápidos, más fuertes o más ágiles ante un determinado peligro. Pero como todo lo que sucede en nuestra mente, si creemos que no entregar un informe, que no llegar a una deadline, que no poder progresar, son peligros reales, nuestro organismo comenzará un proceso de estrés que nos permitirá utilizar nuestros recursos al límite. 


Pero…. porque siempre hay un pero en estas cosas, en cierto punto vamos a terminar con nuestra reserva de noradrenalina, que es el neurotransmisor que nos permite mantener nuestros sentidos y músculos afilados y listos para ser utilizados, dado que este sistema sirve para momentos breves. Es en ese momento, en el que el organismo comienza a utilizar otro recurso que tiene en cantidades, el cortisol, que en general se usa para regular el consumo de carbohidratos, apoya el sistema inmunitario, es parte de la regulación del sistema de sueño-vigilia. El problema es que cuando el cortisol es utilizado para reemplazar la noradrenalina, nos daña, permite que el sistema se mantenga en una situación de estrés prolongada y de esta manera llegamos a un punto en el que nuestro organismo se revela y en lugar de mantener un alto nivel de desempeño, nos quedamos como sin combustible, sin fuerza, sin ganas.



Veamos entonces algunas técnicas que podemos aplicar para reducir las posibilidades de terminar atravesando un proceso de burnout. 


Técnica 1: Encontrar la luz al final del túnel


Uno de los principales motivos por los cuales el estrés termina en un burnout es la falta de un propósito real para lo que nos mantiene estresados, es decir, que la mente se encuentra de golpe en una situación de la que sabe que no va a poder escapar. Cuando se toman prisioneros de guerra, se les suele prometer que al final del conflicto serán liberados, de esta forma los cautivos no se sienten acorralados y no les hace falta defenderse. De igual manera cuando estamos en un puesto de trabajo que no tiene posibilidades de crecimiento, nos sentimos prisioneros sin posibilidad de escapar y por lo tanto comenzamos un proceso de estrés, sin una luz al final del túnel, sin posibilidad de avanzar a un próximo nivel y por tanto en una combinación entre el estrés que causa sentirse atrapado y la tristeza que causa aceptar que no hay más lugar a dónde ir, nos lleva a una desesperación encubierta que sin duda alguna termina en sentirnos quemados. 


Por lo tanto, necesitamos un propósito, un hito a partir del cual podremos evolucionar, no para vivir en el futuro, sino para lograr la imagen mental de una salida, de una meta a la cual podamos alcanzar y realizarnos, liberando así endorfinas, serotonina, norepinefrina y dopaminas en proporciones que puedan apagar el sistema de alerta y nos permita frenar, tomar aire y sonreir. El objetivo es restablecer el equilibrio neurobiológico para recuperar la motivación, la energía y el bienestar general.


Técnica 2: Ejercicio físico regular


A muchos de nosotros nos toca hoy trabajar desde casa, estamos encerrados, y nos la pasamos con la cabeza a mil, mientras el cuerpo permanece en reposo, mientras los músculos pierden tonicidad y nuestros reflejos se achanchan. 


Esta técnica es la más lógica, pusimos a nuestro organismo en un estado de estrés y ahora necesitamos gastar esa energía y llenarnos de sensaciones positivas. El ejercicio regular te permite tener una actividad en la cual descargar energía pero además te lleva a producir todos los neurotransmisores(Endorfina, Serotonina, Dopamina, Norepinefrina y GABA),  que batallan con el estrés, sin olvidarnos que además, la actividad física nos ofrece sensaciones de bienestar, propósitos personales, hitos sencillos que alcanzar. 


Algunos aca me van a decir que no pueden o no encuentran la voluntad para entrenar, que están preocupados, que no tienen ganas, y eso puntualmente es el mismo burnout. Momento de levantarse de esa silla y hacer algo que le haga bien a tu organismo.. tener un esguince en un pie, por ejemplo, es una gran excusa para hacer abdominales!


Técnica 3: Relajación, meditación y sueño adecuado


Cuando no dormimos bien le damos la mano al burnout, ya que al dormir bajamos el estrés y nos damos un espacio para simplemente no pensar en aquello que nos estresa. Permitimos que se reacomoden ideas que al día siguiente pueden tener un color distinto, con tu sistema descansado y habiendo frenado un poco. 


Lo mismo pasa cuando meditamos o nos relajamos, le quitamos importancia a los efectos de lo que nos causa ese estrés y permitimos que el organismo salga de ese modo acelerado en el cual nos metimos. Al meditar podemos hacer foco en aquello que nos produce esta sensación y observarla desde otros ángulos, encontrando así, soluciones posibles, caminos y salidas, logrando así bienestar al dejar de lado los procesos que nos estresaron.  


Técnica 4: Interacciones sociales positivas

Mejor sólo que mal acompañado sabe decir el dicho, por algún extraño motivo y como seres sociales que somos, nos vamos reuniendo y quedando con gente que se nos presenta en el camino. Pero muchas veces no nos observamos si esa gente es negativa, de esa que absorbe energía en lugar de compartirla. 


Encontrar gente que nos potencie, que nos haga bien, prueba hoy ser una de las más complejas soluciones, dado que vivimos en una época donde dejamos de primar valores que llevan a proponer que el bienestar del prójimo es el camino virtuoso y positivo que deberíamos llevar. Pasar unos momentos junto a gente que nos potencia permite que ideas positivas reemplacen a los sentimientos negativos que nos llevan al estrés. 


Dentro del mismo marco, hoy, aunque tengamos formas de estar conectados a todo el mundo, elegimos aislarnos en el medio del ruido que provocan todas esas voces, las contradicciones, las negatividades, las imposiciones, hasta que encontramos a esas personas que van por un lado positivo, que buscan nuestro bienestar, o al menos buscan el bienestar conjunto. 



Técnica 5: Terapia de recompensas y reconocimiento


La terapia de recompensas y reconocimiento es una estrategia efectiva para combatir el burnout y promover el bienestar mental. Consiste en establecer un sistema de recompensas y reconocimiento que ayude a mejorar la motivación, el compromiso y la satisfacción laboral. 


Ser recompensado y reconocido por lo que hacemos, internalizar que ante cierto logro tendremos una recompensa, nos lleva a un lugar mental en el que en vez de estresarnos comenzamos a jugar, ya que estamos creando hitos y propósitos, a partir de esta técnica, que tiene que estar acompañada por una camino de desarrollo personal, de crecimiento y de empoderamiento. Y que se debe coronar con una retroalimentación constructiva, regular y equilibrada, de manera tal de empujar a la persona a que sienta que cada una de sus acciones tiene un propósito y que ese propósito contribuye a su evolución personal.


Conclusión

Cuando jugamos con la química cerebral nos encontramos con respuestas a preguntas que se hicieron por milenios, y estas tecnicas recien nombradas son algunas de las muchas soluciones en camino a salir o hasta evitar pasar por un burnout, aunque quizás podríamos simplificarlo y entender que no hay que darle tanta importancia a las cosas, que sonreír es una tarea que hay que realizar aunque nos cueste trabajo, que tener gente buena cerca lo cambia todo y finalmente, mantener en sincronía nuestro propósito, nuestra realidad y nuestras acciones, para que cada paso que demos, sea siempre hacia adelante sin necesidad de vivir estresados. 



Autor: Fabian Mesaglio

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