Teniendo en cuenta que un hábito es un comportamiento automático y repetitivo que adquirimos a través de la
práctica constante. Los hábitos, pueden ser tanto acciones positivas, como hacer ejercicio regularmente o leer
diariamente, como hábitos negativos, como fumar o posponer tareas importantes. Estos comportamientos suelen
ser parte de nuestra rutina diaria y pueden influir significativamente en nuestra calidad de vida.
Los hábitos pueden ser moldeados a través de la repetición, la disciplina y el esfuerzo consciente para cambiar o adoptar nuevos comportamientos. Entender el método por el que se adquiere un hábito puede ser la clave para eliminarlos o para asentarlos.
Sistematización del hábito
Tanto los buenos como los malos hábitos utilizan los mismos medios para lograr entrar en tu rutina. Este es
el sistema mediante el cual formamos hábitos.
SeñalLa señal es el primer escalón, ese que desencadena el proceso en tu mente y la que promete una recompensa
como resultado de la acción que propone.
Ejemplo 1: Sentís un alucinante aroma a pizza, casi podés paladearla.
Ejemplo 2: Estás solucionando un bug de programación a las 2 de la madrugada y sentís mucho
cansancio.
Anhelo
El anhelo es el segundo escalón, es el impulso motivacional, la energía que pondremos en la realización del
hábito, la intensidad con la que deseamos las recompensas propuestas por la señal.
Ejemplo 1: Quiero una porción de fugazzeta de “El Cuartito” (una pizzería grandiosa por cierto).
Ejemplo 2: Sentís el estrés de no poder encontrar una solución, necesitás tomar control nuevamente
Respuesta
La respuesta es el hecho en sí, la realización del acto fundacional del hábito que una vez lograda nos
dará acceso a la recompensa.
Ejemplo 1: Llamo a la pizzería y pido una grande, o voy a la pizzería y como ahí.
Ejemplo 2: Te mordés las uñas
Recompensa
La recompensa es la satisfacción de tu anhelo, es ese placer que obtendremos al concluir con la respuesta.
Ejemplo 1: Puedo paladear esa magnífica combinación de ingredientes perfectamente combinados,
en un sabor que ya estaba en mi memoria.
Ejemplo 2: Sacás la mente del problema y por tanto reducís el estrés.
Y así podemos ver como buenos y malos hábitos se sirven del mismo mecanismo, para tomar un espacio en
tu rutina. Afortunadamente, entender este mecanismo nos permitió generar estrategias tanto para sumar
buenos hábitos como para eliminar los malos
Para los buenos
Tenemos que hacer que la señal sea inequívocamente evidente, no tiene que haber duda de que debería estar ahí, de que es lógico esa
necesidad que se despierta. En el escalón siguiente nos enfocamos en el anhelo, nos tiene que hechizar, y de esa
manera generar la motivación para llegar a la respuesta, la cual debe ser de fácil resolución. Y finalmente,
la recompensa, que debe ser lo suficientemente buena como para que aceptemos y asentemos
todo este proceso como algo que queremos repetir.
Ejemplo: Incluir el ejercicio físico en nuestra rutina
Señal: Estrés
Anhelo: Sentirnos desestresados y hacer ejercicio para sentirnos mejor físicamente
Respuesta: Ir al gym
Recompensa: Vernos mejor físicamente, poder usar ropa que nos guste,
sentir el alivio que da un cuerpo bien tonificado.
Para los malos
Tenemos que hacer que la señal desaparezca, que sea algo a lo que no le queramos prestar atención, así el
paso siguiente será quitarle poder al anhelo quitarle energía, motivación. Necesitamos hacer que la respuesta sea complicada de realizar y finalmente tenemos que hacer que la recompensa tenga una connotación negativa.
Así lograremos comenzar a desistir al momento de realizar este mal hábito.
Ejemplo: Dejar de fumar
Señal: Estrés, compulsión por el vicio, deberíamos darnos cuenta de que esta
señal es mucho más débil de lo que imaginamos, que hasta podríamos compararla
con un dedo apoyado en nuestra mejilla, que a medida que desestimamos se sentirá menos
a cada momento.
Anhelo: Dejar el estrés, ganas de fumar, deberíamos quitarle importancia,
enfocarnos en lo poco que vale la pena el tener que levantarnos e irnos a fumar.
Respuesta: La respuesta debe generarnos complicaciones, por ejemplo
no fumar dentro de la casa y que esto nos obligue a dejar el confort de nuestro
espacio y salir a soportar las inclemencias del tiempo, cambiarnos de ropa antes de
salir a fumar y al entrar para no convivir con ese olor espantoso.
Recompensa: La recompensa debe ser negativa, por ejemplo al volver adentro ya
cambiados con ropa sin olor, tomarnos un momento para paladear nuestras bocas, de esa
manera notaremos el gusto horrendo que nos queda.
Conclusión
Comprendemos ahora que los hábitos son sistematizables y que depende de nosotros el utilizar las secuencias correctas para prenderlos y apagarlos, para incluirlos o sacarlos de nuestra rutina. Que para eliminar un mal hábito, como sumar uno nuevo, tan solo debemos saber actuar sobre sus hitos, quitarle motivo y recompensa a los malos y llenar de motivo y recompensa a los buenos.
Este es un método básico y funcional, aunque podemos sumar otras técnicas que nosllevarán a lograr avances con mayor celeridad, próximamente hablaremos de ellas.
Autor: Fabian Mesaglio
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