lunes, 4 de marzo de 2024

Lo bueno si breve una propuesta para hablar menos y decir mas




Esta frase ha marcado mi vida, ya que desde muy pequeño, sentí que tenía que adaptar mi propio lenguaje para poder ser comprendido. Así fue como de hablar poco y nada comencé a hablar hasta por los codos, dado que cada palabra con la que sintetizaba conceptos, al parecer necesitaba ser explicada para que los terceros que me circundaban pudieran comprenderlas. 


De poco sirve plantar una semilla de conocimiento si no la vamos a regar con comprensión, si nuestras palabras no dan frutos, perdimos nuestro tiempo y el de nuestra audiencia. 



Cuando se obtiene un vocabulario rico, podemos acelerar la comunicación sí y sólo sí nuestros interlocutores manejan el mismo set de palabras que nosotros, pero cuando intentamos hablar de la misma manera con gente que no tiene el mismo rango de oratoria y si lo que deseamos es ser comprendidos, tendremos que adaptar nuestras frases para utilizar palabras más simples.


Y quizás más de uno, crea que lo que hace es “bajar” el nivel, cuando en realidad la imposibilidad de comunicarnos en una forma simple o sencilla, infiere una falta o una falla, desde el punto mismo en el que se evaluaría cualquier mensaje. Cuya única misión es la de llevar un concepto desde la mente propia a la de nuestra audiencia.  


Algo importante es comprender también que cuanto más largo hagamos nuestro discurso, mayores serán las posibilidades de disgregar al oyente y por lo tanto menores las posibilidades de que nuestro mensaje llegue en su totalidad. 


Técnicas para hablar menos:


  • Síntesis de ideas clave: Antes de expresarte, identificá las ideas principales que deseas comunicar y enfocáte en transmitirlas de manera clara y concisa. Evitá divagar o agregar información innecesaria. Y sobre todo preguntáte,  ¿lo que vas a decir, agrega información? 
  • Estructura tu mensaje: Organiza tus ideas de manera lógica y estructurada. Utiliza un esquema o una lista de puntos clave para guiar tu comunicación y evitar divagaciones. Comprender qué es lo que queremos decir y decirlo con una estructura que no pierda nunca a quien nos escucha. 
  • Evitá repeticiones: Procura no repetir la misma información de forma innecesaria. Sé consciente de lo que ya has comunicado y evita redundancias que puedan alargar tu discurso. Cuanto más se estire en el tiempo tu concepto, más chances de perder la atención de la audiencia tenés. Volver a decir lo mismo de otra forma no va a reforzar lo que decís. 
  • Utiliza ejemplos concretos: Para ilustrar tus puntos de manera efectiva, recurre a ejemplos concretos y situaciones reales que ayuden a clarificar tus ideas de forma más precisa y concisa. Un buen ejemplo puede hacer la referencia, pero no te olvides, corto, estructurado y que agregue información.
  • Practicá la empatía: Ponerte en el lugar de tu audiencia te ayudará a adaptar tu mensaje a sus necesidades y nivel de comprensión, lo que facilitará una comunicación más efectiva y concisa. Finalmente lo que queremos es transmitir un mensaje y si por no querer adaptarnos dejamos de comunicar lo que queríamos, perdimos nuestro tiempo y el de aquellos que nos tuvieron que escuchar.
  • Escuchá activamente: Dedicá tiempo a escuchar a tus interlocutores y mostrá interés genuino en sus opiniones. La escucha activa te va a permitir comprender mejor sus necesidades y responder de manera más enfocada y breve. Además cuando se nota que escuchamos, predisponemos al interlocutor a hacer lo mismo. 
    • Prestá atención plena: Concentráte en la persona que está hablando y en su mensaje. Evitá distracciones y mostrá interés genuino en lo que se está comunicando. 
    • Mantené contacto visual: Establecé contacto visual con la persona que está hablando para demostrar que estás prestando atención y que valorás su comunicación. Si estás en una conversación online, mirar a la cámara es lo más cercano, lo mismo que evitar hacer otras cosas mientras te están hablando. 
    • Asentí y utilizá gestos de afirmación: Utilizá gestos como asentir con la cabeza o sonreír para demostrar que estás escuchando activamente y comprendiendo lo que se está diciendo.
    • Paráfrasis y resumen: Repetí con tus propias palabras lo que entendiste de la comunicación para confirmar que captaste el mensaje correctamente. Resumir periódicamente también ayuda a demostrar que estás comprometido con la conversación.
    • Empatía: Tratá de ponerte en el lugar del interlocutor y comprender sus emociones, pensamientos y puntos de vista. Demostrá empatía hacia sus experiencias y sentimientos. Sí más empatía, es parte del juego, ya que la comprensión del otro te brinda una especie de piedra rosetta que permite una interacción más fluida. 
    • Evitá interrumpir: Permití que la persona termine de expresarse antes de responder. Evitá interrumpir o adelantarte en la conversación, ya que esto puede obstaculizar la comunicación efectiva.


Conclusión:


El punto de comunicarnos es transmitir una idea o un concepto a otra u otras personas, por lo tanto, el éxito de esta tarea será determinado o evaluado a partir del recuerdo en aquellos que nos han estado escuchando, ya que si nuestras palabras quedaron en el éter, o no fueron comprendidas, nuestro mensaje no llegó y nosotros perdimos mucho más que tiempo, dado que cada vez que nuestra audiencia se identifica incapaz de comprender, se alejara y buscará otras fuentes de conocimiento más concisas. 


Por lo tanto nos encontramos frente a la necesidad de componer el relato de nuestra información, de forma sencilla, teniendo en cuenta a quién escucha y con un lenguaje moderado en pos del éxito de la misión y si logramos todo esto, tendremos esa gran recompensa, esa sonrisa que sabe seguir al acto de la comprensión, que nos permitirá saber que todas esas palabras, cual semillas, que salieron de nuestras bocas, llegaron a destino y germinaron para generar verdaderos frutos de conocimiento.  


Autor: Fabian Mesaglio

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