lunes, 18 de diciembre de 2023

Qué tipo de procrastinador sos?




Esta verdadera pandemia de procrastinadores tiene un motivo lógico, la gente está estresada, perdida, debilitada, asustada y esto es parte de lo que nos lleva a no tener un motivo para “hacer”, para rendirnos a las distracciones. Tratemos de contemplar cada uno de estos estados de ánimo con el fin de encontrar entre sus recovecos, un motivo sobre el cual podamos trabajar en liberarnos de las cadenas que nuestra propia mente nos pone. 


Perdido


Extraviado, está tanto aquel que no sabe como llegar a su casa, como aquel que no tiene la menor idea de que hacer de su vida. No encontrar sendero de salida o de entrada, ya sea a un lugar o a una idea.  De alguna forma y en algún camino estuvimos, estamos o estaremos perdidos, y depende de nosotros no seguir estándolo. Y con certeza absoluta te cuento,  nos vamos a encontrar en este punto de incertidumbre con muchas posibilidades, entre ellas, pedir ayuda, encarar el problema solos, acercarnos a una comunidad o simplemente, porque también es válido, no haremos nada. 


Seguimos perdidos, no sabemos a donde llegar y por tanto dudamos del motivo por el cual vamos a dar otro paso. La falta de claridad sobre los objetivos, tanto a corto como a largo plazo, puede generar indecisión y un sentido de estar "perdido". Sin un rumbo claro, es difícil sentirse motivado para abordar las tareas diarias con un propósito indefinido.


Dejar de estar perdidos es una decisión, es poner la mente en el camino de nuestros propósitos, cambiar el “no se puede” por un “qué necesito para que se pueda”, y hacer tan chicas las metas como haga falta, más las atomizás, más metas tenés, pero más simples y realizables son.  


IMPORTANTE: Es mucho más fácil todo si el propósito que buscás te divierte… 


Débil


Hace años que quieren enseñarnos a aceptar nuestras debilidades y yo los invito a caminar por la vereda contraria, y superar esas debilidades, “aceptar” es tan solo una parte de un proceso que tiene como finalidad el convertir lo que nos debilita en un fulcro en el cual poner la palanca para multiplicar infinitamente nuestra fuerza. 


Cuando te muestran un camino de entrada a la debilidad pero no te muestran uno de salida, lo que hacen es aprisionarte, romper tu autoestima, decirte que necesitás ser débil y aceptarlo… ESTAMOS TODOS LOCOS?!, sos fuerte, tenés una de las propiedades más escasas del Universo, ni más ni menos que una VIDA y tenés tan solo una responsabilidad, vivirla. 


Aprender a ser débil no es bancarse el problema, es sobreponerse, es encontrarle la vuelta, dejar de pensar en lo que no podemos para poder enfocarnos en lo que queremos lograr. Realizar planes, tratar de dilucidar la forma de evitar cada escollo frente a nosotros y así acercarnos a esa meta, por mínima que sea y ponernos felices por esa recompensa inmediata que obtenemos al sentirnos orgullosos de lo que logramos. 


Reloj roto


Un mal manejo del tiempo personal nos lleva a no lograr compatibilizar las tareas que nos proponemos, logrando que cada noche nos preguntemos por qué motivo estamos cansados si no hicimos nada. Al no tener orden en nuestro propio calendario, si es que tenemos uno, no tenemos forma de salir de la aleatoriedad del momento evitando así la preparación de las tareas, es decir, todas esas cosas que vas a agradecer haber hecho previamente al momento de comenzar con aquellas tareas que tenías en espera.  


Abrí el calendario digital que quieras, pedile que te avise las cosas, poné alarmas, escribí una lista de tus tareas y anda borrando o tachando lo logrado, encontrá una forma de organizarte que vaya con  vos. 


Asustado


El asustado, “cree” que sabe que le va a faltar, o no va a tener, o no lo va a lograr y toma  inconscientemente el camino del miedo, aquel que teme deja de hacer. Aquel que deja de equivocarse, deja de aprender. El miedo paraliza, atenaza y adormece hasta el punto en que nuestras mentes dejan de sentirlo y es en ese momento cuando salimos del estado de “presa” y volvemos a la racionalidad, podemos volver a pensar de forma ordenada. Pero el miedo también agota, te saca toda la energía que desperdiciaste en adrenalina sin que hubiera un motivo más allá de tus miedos para ese gasto.


Y ahora que respirás normal seguís sintiendo que tu corazón va a mil, mientras esperás el próximo  pensamiento tremendo en el cual poner tu mente. Así tu mente entra en un ciclo, “no hago porque estoy asustado” vs “me tiene asustado no hacer”, perpetuando un ciclo similar a ponerte a jugar jueguitos, pero de forma tortuosa y en tu mente. Por eso muchas veces recordarnos que mañana aún no llegó y que siempre tenemos alternativas, es siempre refrescante. 


Miedo es no saber qué va a pasar, miedo es ignorancia, y la única manera de vencer a la ignorancia es con saber. 


Perfeccionista


El temor a no cumplir con los estándares autoimpuestos puede llevar a la postergación de tareas, y a su vez, la demora del inicio de una tarea puede ser una forma de proteger la “persona” que somos ante el mundo.


La construcción de un modelo de “quienes somos” y su continua idealización nos llevará tarde o temprano a pasillos sin salida en los cuales tendremos que hacernos cargo de las expectativas que sembramos en otros y por tanto intentaremos lograr trabajos sin mácula aunque esto nos lleve a la demora innecesaria desde lo práctico de la tarea.


Moderar el esfuerzo a la necesidad de la tarea, llevar la propia habilidad al extremo y comprender que la misma es parte de un proceso de práctica y aprendizaje constante. Siempre da tu mayor esfuerzo. 


Distraído


En lucha contra nuestro bienestar, nos imponemos tareas que no son de nuestro agrado creyendo que el inconsciente no nos va a hacer pagar peaje, pero ahí es dónde nos confundimos, cada vez que, teniendo algo que hacer, nos metemos en redes sociales, o nos ponemos a ver series o películas, o a leer, o a lo que sea que nos pongamos a hacer para evitar aquello que procrastinamos, lo que hacemos es escapar, le rendimos culto a esa parte de nosotros que grita que no quiere realizar esa tarea, mientras las sirenas le cantan canciones y adormecen a los tripulantes que nos llevarían a realizar las tareas pendientes, nosotros miramos complacientes la pantallita mientras las tareas se apilan. 


Poner un horario de distracción en nuestro calendario es una gran manera de no ceder ante el impulso de estar haciendo nada cuando hay mucho por hacer. 


Conclusión


Posiblemente sientas comodidad al ponerte en varias de las categorías antes mencionadas, de ser así, enhorabuena porque ahora sabés más sobre tu persona y tenés mayor cantidad de herramientas para encontrar una solución a todo aquello que ponés en espera y después te termina estresando. Salir de aquello que procrastinamos es encontrar la verdadera libertad.  


Autor: Fabian Mesaglio


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