Ese lugar en el que la tecnología nos permite jugar con los materiales elementales y producir verdaderas herramientas diseñadas con funcionalidades específicas. En el camino de la adaptación, fue parte del claro camino evolutivo, la mejora continua, el análisis circundante, la experimentación con materiales, la educación con vías a la especialización y con esta el beneficio para la especie toda.
Entramos a la forja como material informe, como un proyecto, como ese algo que se mira a la distancia con ansias de que suceda. Una increíble cantidad de eventos fortuitos se van a encargar de moldear cada una de nuestras habilidades y seremos absolutos responsables de sobreponernos o aceptar nuestras debilidades.
El calor producido por cada evento nos ablanda mientras el martillo nos golpea imprimiendo conocimientos, enseñanza, experiencia, y a la vez, el entorno nos endurece con la presión, nuestras moléculas se condensan en cada golpe y se templan con cada gran dificultad que se nos presenta.