En el devenir del tiempo, ¿qué permanece? ¿Qué legado dejaremos cuando hayamos cruzado el umbral de la existencia? Son preguntas que a menudo me asaltan, y la respuesta, aunque puede resultar agridulce, nos brinda una perspectiva liberadora: en 200 años, es probable que nadie recuerde quiénes fuimos, las cosas que nos pertenecían le van a pertenecer a alguien más o van a dejar de existir, no va a haber nadie que realmente sepa cómo pensamos o qué cosas hicimos o dejamos de hacer.
Pero, ¿debería esto inquietarnos? ¿O, en su lugar, servir como un recordatorio poderoso de que la vida debe ser vivida en plenitud, persiguiendo lo que amamos con fervor y pasión?
Es fácil caer en la trampa de pensar que nuestra existencia está destinada a ser tallada en mármol, a estar obligados a seguir los designios del “deber ser” que le haya tocado a nuestra generación, resistiendo el paso de los siglos como una estatua imponente. Sin embargo, esta noción puede llevarnos por senderos de conformidad y restricción, alejándonos de lo que realmente nos llena de vida.
Al reflexionar sobre la fugacidad de nuestra presencia en este mundo, surge una valiosa lección: la importancia de vivir en el presente, de llenar cada día con aquello que nos hace vibrar. Ya que de otra manera, siento decir que estaríamos simplemente perdiendo el tiempo. Por esto debemos recordar que nuestra felicidad y realización no deben ser pospuestas en busca de un reconocimiento que quizás nunca llegue.
Por esto, preguntate: ¿qué es lo que te apasiona? ¿Qué actividad o vocación te hace sentir más vivo? Quizás sea la pintura, la música, la escritura o la exploración del mundo. Lo más importante es que ese es tu tesoro personal, tu fuente de inspiración y plenitud.
"La vida es lo que pasa mientras estamos ocupados haciendo otros planes." - John Lennon
Cuando nos dedicamos a lo que amamos, algo mágico sucede. El tiempo parece perder su dominio, y nos sumergimos en un flujo de creatividad y gratificación que trasciende las preocupaciones mundanas. Es en estos momentos cuando experimentamos una conexión más profunda con nosotros mismos y con el Universo que nos rodea, nos convertimos en verdaderos artífices del camino que llevan nuestras vidas, porque realmente estamos decidiendo basados en nuestros deseos.
Por supuesto, esto no significa que debamos ignorar nuestras responsabilidades o desentendernos de nuestras obligaciones. Más bien, se trata de encontrar el equilibrio entre lo que debemos hacer y lo que anhelamos hacer.
Cuando incorporamos lo que amamos en nuestra rutina diaria, encontramos un propósito más elevado en nuestras acciones cotidianas, encontrando alegría en aquello en lo que invertimos nuestro tiempo.
Pero al seguir aquello que nos provoca, al perseguir nuestras pasiones, a menudo damos forma a un legado de otro tipo. Podemos inspirar a otros, dejar una marca indeleble en aquellos que nos rodean y, a través de nuestras contribuciones, influir en el curso de la humanidad. Es un recordatorio de que el impacto que tenemos en las vidas de otros es, en última instancia, uno de los legados más duraderos que podemos dejar.
"No dejes que el ruido de las opiniones de los demás acalle tu propia voz interior." - Steve Jobs
Por lo tanto, en lugar de vivir con la carga de la posteridad, vivamos para el presente. Abrazar lo que amamos no solo enriquece nuestras vidas, sino que también es el regalo más genuino que podemos ofrecer al mundo y aún más, a aquellos que nos rodean o que nos ven como un ejemplo. En 200 años, es posible que nadie recuerde nuestro nombre, pero lo que sí recordarán es el brillo en nuestros ojos y la pasión con la que vivimos cada día.
Viví con valentía, seguí tus sueños y no temas amar lo que haces. Después de todo, en la vastedad del tiempo, lo único que realmente importa es que hayamos vivido una vida que nos llenó de alegría y significado. Ese es el legado que perdura en los corazones y mentes de aquellos a quienes tocamos con nuestra autenticidad y pasión.
Pero si aún así no estás conforme con desaparecer de la existencia y del recuerdo en un futuro lejano, hacé algo tan grande y tan importante, que tu mismo recuerdo se haga eterno en las mentes por venir, pero asegurate de dejar algo que describa también quién fue la persona detrás del logro, de otra manera tan sólo vas a ser un rostro junto a una cita.
Dicho esto hay un camino frente a vos, un camino en el que sos quien decide qué dirección tomar, si seguir, si frenar, y lo más importante es que entiendas que sin importar la decisión lo importante es que la disfrutes.
Autor: Fabian Mesaglio
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