Del diccionario, “La voluntad es la aptitud de decidir y ordenar la propia conducta. Propiedad que se expresa de forma consciente en el ser humano, para realizar algo con intención de un resultado”. Muchos saben hablar de esta palabra con una mínima ilusión de control, pero es esa luz que nos hace libres sin importar dónde estemos. Si el propósito es motor, la voluntad es combustible.
Esta se torna ambivalente cuando se alimenta de la furia, del fuego del ello, subyugándolo y poniéndole correa para que sirva de empuje dirigido e hincando una rodilla en tierra ante un mandato indicado, en general, por el superyo... ese que te agrega las capas de moral, convivencia….. podemos decir que es quien marca las reglas en lo que se refiere a comportamiento e interacción pero que finalmente es la doma de lo salvaje.
No basta con la capacidad de hacer algo, el foco es necesario, sino simplemente nos diluimos en un océano de opciones que parece rondarnos siempre. Es la voluntad lo que nos aproxima a ese lugar en que podemos hacer la diferencia. Dando un paso más, llegando más lejos, es tan solo una cuestión de enfocar este poder de consciencia de manera que podamos lograr algo que haga que nuestra existencia pueda aportar una diferencia mejoradora a aquellos que nos rodean.
Meditación
Quizás escuchar lo que nos cuentan tantas voces y tener la voluntad de prestar atención, y en ese acto liberarnos del todo y de la nada, de flotar un rato en el medio, permitiendo que nuestra mente haga una pausa, shhhh, simple, profundo y ruidoso silencio. Que nos envuelve, nos abraza y nos nos pone a buscar luz. En cada momento en el que algo se nos revele, un camino se iluminará y nos dará opción.
Meditar nos lleva a un lugar en el que nos ponemos alerta, nos regala un espacio en el cual la mente domina a la materia, donde nuestras pretensiones entran en contacto con la probabilidad, con la matemática dura que muchas veces nos enfrenta a la aceptación de conceptos que superan lo que creemos posible y que aún así están ahí, que son obstáculos entre lo que somos y lo que podemos ser.
Entonces en un universo en el que solo aprendemos lo que viene de afuera nos estábamos olvidando de ver lo que viene de dentro. Introspección, acceso a todos esos sensores que por distintas ventajas sociales creemos haber dejado de lado pero que nos asombran cuando los vemos en animales huyendo de cataclismos, como verdaderos premonitores, cuando esta es una virtud de ese instinto compuesto por cada uno de esos sensores adormilados que nos ponen en contacto con lo que nos rodea.
Entrega
Para poder acercarnos a ese perfecto poder de adaptación con el que nacemos los seres humanos, necesitamos llegar al punto en que nos entregamos, en el que borramos el preconcepto y nos damos a los hechos, en el que comprendemos que la fe es un arma de aquellos que tienen mucho poder sobre aquellos que la necesitan para poder avanzar.
Se cree que tiene que ver con el ímpetu que se le ponga a algo, pero este es un punto álgido, todos tememos a ceder, entregarnos, como si hubiera vergüenza en el acto, como si ceder lo que sabemos a cambio de lo que podemos saber pudiera llegar a ser un mal negocio en algún universo… o_O
Entregarse no es relegar lo que uno es, ni por mucho menos darse por vencido, es abrir la cabeza para poder aprovechar, para poder mirar hacia adentro, eso que nos propone la cosa esta de meditar, con el fin de dirigir ese poder único que nos puede proveer la voluntad de llegar a una meta determinada. No es la fe la que mueve montañas, sino la entrega que proviene de la absoluta confianza en nosotros mismos, en que la decisión férrea que tomamos de seguir un camino, es la acertada.
Liberación
Liberarse es lograr mirar hacia adentro, es dejar todo de lado y volver a ver todo como si fuéramos niños. Abrazar la aceptación de ese momento en que comprendemos que el libre albedrío personal queda subyugado a lo conductual de las masas, masas a las que pertenecemos de una u otra manera.
El fin es soltar posiciones rígidas que parecen únicas pero no lo son tanto, ya que caen ante el balance del más pequeño estudio, basta que alguien nos pregunte cómo nos hicimos con una opinión formada y eso detona hoy, un sinfín de preguntas que mañana nos pueden parecer obvias o insondables. Pero liberar es entender simplemente que lo que tenga que venir va a tomar su curso y que si tenemos suerte lo podemos inferir y así adaptarnos mejor a lo que venga.
Poder
El poder de la voluntad, de la decisión consciente, de la experimentación y la meditación contemplativas como herramienta de solución. El análisis profundo desasociado del sentimiento, la entrega a lo plenamente lógico que apunta de forma constante a la solución, como la marea llegando a la playa y planchando la arena, encontrando un lugar y un tiempo, un camino en el cual poner toda la fortaleza de esa voluntad que no solo define lo mejor de nuestra especie, sino que nos muestra el camino de aquellos que supieron domarla y cabalgarla hasta el mismo destino de su propósito.
Autor: F. Mesaglio
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