miércoles, 27 de mayo de 2020

Líder bueno, líder malo



En el día a día, dirigir es aprender, es estar un paso adelante, es tener un plan para cada contingencia posible. Dirigir es contemplar, es abstraerse y poder hacer foco en cada paso dado para tener la capacidad de prever los próximos. 

Tipos de líder

Un buen líder, puede ser positivo, negativo o ambos. La importancia está puesta en determinar la finalidad del liderato. Queremos lograr un objetivo, tan sólo necesitamos el conocimiento previo de saber cual es.
Quizás la meta no sea el objetivo sino un hito más del mismo. Quizás esté en el camino el foco necesario.
Un director debe ser un maestro de sus piezas y de sí mismo. Acomodar el tablero teniendo en cuenta la macro visión y buscando el camino más acertado, no para su corazón sino para cumplir con un fin.
De no serlo se enfrenta a tener que explicar por qué motivo un camino fue tomado, aún a sabiendas de que no llevaba al mejor desenlace posible.
Quién dirige debe hacerse responsable del camino a tomar y debe hacerlo más allá del afecto, ya que en cada decisión se espera un resultado, en cada camino tomado, habrá ojos viendo desde arriba y desde abajo y debemos entender que la opción más popular no siempre será la más adecuada ni la que genere mayores beneficios para todo el grupo.
Y que en base a los resultados de la misma podremos obtener beneficios y mejoras, para nuestro equipo.

El camino

En muchas ocasiones buscaremos al líder benevolente y muchas veces este no lo será tanto. Ese es el líder que lleva sobre sus hombros el destino de el o los equipos, que tendrán como misión generar algo en particular, pero mucho más importante a la vez, la tarea de desarrollarse, de educarse y de juntar en el camino todas las herramientas posibles para que a medida que se cumplan metas intermedias, puedan crecer y mejorar sus condiciones.
Es por esto que primero es importante hacer foco en que haya una dirección clara, y en determinar las distintas metas para un proyecto y para un equipo o grupo de ellos.
A partir de este punto veremos que si bien los esfuerzos estarán dirigidos en pos de lograr algo, también deberán estarlo en conseguir equipos comprometidos y con una tendida orientación al autodesarrollo. Es decir que tendremos que cumplir con todos esos puntos que sólo conocemos los que dirigimos, los verdaderos objetivos de un director.
Existe una capa en lo que es dirigir en la cual debemos poner el corazón a un lado, para poder ver esas cosas que el sentimiento no nos dejaría ver. Para poder tomar esas decisiones que finalmente pueden no gustar pero que son parte del camino necesario para que la mayor cantidad de niveles de un proyecto se logren y para que la mayor cantidad de personas de cada equipo crezcan.

El bueno, el malo y el feo

Estos no necesariamente son distintos, el buen líder puede ser benevolente o malvado, y puede ser ambos al mismo tiempo según la percepción de quienes tengan que sufrir o festejar una acción. Y puede ser feo algunas veces ya que tomar las decisiones adecuadas no suele ponernos mostrar nuestro mejor perfil y aún así muchas veces hay que hacerlo.
El error se da cuando las partes no entienden que una decisión directiva no tiene como fin poner contenta a la gente, sino mantener el camino para que haya un crecimiento positivo que beneficie a esa gente que se pondrá contenta después con los resultados.

La bondad

El camino leal, el del honor es el preferido por muchos. Pero el paso honorable compele al compromiso de quien lidera y lo obliga a poner a aquellos a quienes guía y cuida en el camino correcto y en muchas ocasiones no podrá hacerlo desde un lugar amable.
La bondad no siempre es lo indicado, en ocasiones la firmeza es necesaria, en ocasiones lo intempestivo hace falta y muchas otras veces hasta podemos parecer malos, porque una acción queda circunspecta a un momento definido, en lugar de verla en un contexto más amplio. Donde un acto que puede parecer cruel, quizás no lo es tanto y tenía como fin evitar algo mucho peor.

La crueldad

No debe justificarse, no al menos si no entra en el plano de esas cosas que hay que hacer para evitar males peores, pero la crueldad en sí no tiene mucho sentido. Ojo, hay que conocer una y mil formas de crueldad, no para utilizarla o reconocerla, simplemente porque es parte del contexto y como líderes no tenemos derecho a no contar con esas armas (la doble negación era absolutamente necesaria…. ). Tan sólo porque si alguna vez necesita ser utilizada debe ser utilizada de la manera más contundente y rápida. Afectando a la menor cantidad de gente posible y para que esto sea así, uno necesita saber de ella.

La dirección

Dirigir nunca va a ser algo sencillo, de otra manera todo el mundo lo haría, pero les aseguro que si tienen la capacidad de enfocarse en las metas, y de planificar usando todo recurso que tengan a la mano, dirigir va a ser mantenerse en haciendo equilibrio sobre el honor, pero con la capacidad de nadar en el barro si es que uno debe caer. Cielo e infierno es lo que debe masterizar un líder que se precie de serlo. 

Autor: F. Mesaglio
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