miércoles, 27 de mayo de 2020

Lao Tse, La dirección y el cambio




Lao Tse (significa Viejo Maestro) fue un gran filósofo chino del siglo VI a.C, creador del Tao Te Ching. El Tao o “camino” nos muestra un sendero de cambio constante, en el cual la persona debería fluir con el fin de avanzar, entender el camino es crecer con él. Supo encontrar magia en las palabras, supo ver en la naturaleza el sendero hacia la iluminación. Haciendo foco en la mejora desde el interior y en la adaptación desde el exterior.

Aquel que puede conquistar a los enemigos es fuerte. Aquel que se ha conquistado a sí mismo es poderoso.

En un universo donde lo imparable y lo inamovible no pueden coexistir, el Gran Maestro entiende que ambos conceptos son uno, y nacen de la variación en la que verán envueltos nuestros pasos.

Se le endilga haber sido severo desde lo que evaluaba en una persona y recorría una dicotomía entre el cambio constante en el camino y la capacidad de acción de la inacción - ok, concepto complejo, veamos de qué se trata. Se trata de permitir que el universo pueda fluir, contemplar sin intervenir aceptando que el camino es cambiante y el cambio así se hace parte del camino.

Aceptar lo que se nos ponga frente con la mejor sonrisa, surfear y acompañar el cambio, no es otra cosa que entrenamiento sináptico, en la adaptación al cambio la mente hace, básicamente, ejercicio.

Si no cambias la dirección, puedes terminar donde has comenzado.

La no intervención como parte de la dirección, hacer apenas toques que corrijan rumbos permite que todo un equipo crezca, el buen líder no necesita resaltar, aquellos que llevó a la batalla lo saben y eso es lo único que importa. Gobierna mejor quien gobierna menos.

El “Gran Maestro” entendió que como en las manadas de lobos que Para conducir la gente, camina detrás de ellos, porque previendo el camino y su cambio uno puede adaptar la ruta. Liderando desde el ejemplo, El sabio no enseña con palabras, sino con actos.

Dirigir es un acto de servicio y el que no lo entienda no debería estar mostrando caminos. Es estar ahí para cada uno de aquellos que nos toca guiar. La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos. Al partir del concepto de la adaptación y la aceptación del cambio Laozi (otro de sus sobrenombres) cree firmemente en el servicio de quien dirige y en la necesidad del bienestar de aquellos que están entre sus filas. Y el respeto conlleva el bienestar. El bienestar contribuye al proceso creativo. Y si bien Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes, desde el respeto se puede lograr mucho más que desde el poder puro. Inspirar en lugar de intimidar siempre será el mejor camino.

Aprender, crecer, es un viaje, y Un viaje de mil millas comienza con el primer paso. Asimilando conceptos que nos lleven a ser mejores y más aún si nos toca ser guías, incorporar el concepto del retroceso, Si no puedes avanzar una pulgada, retrocede un pie. Y así saber que si nos alejamos de una situación tenemos más capacidad de comprenderla.

Lao Tse nos habla de un sendero en el que todo sucede entre el caos del cambio y el orden del Tao, nos cuenta que el hombre feliz es el que entiende que solo puede acompañar las variaciones y desviaciones frente a sí mismo.

Lo relevante es la comprensión del medio, no avanzar sin saber lo que viene, la interpretación de las líneas de cambio y sus posibilidades, a mayor cantidad de información más estudiada será nuestra dicisión . Posicionarnos y hacer foco desde todos los ángulos, acompañando a nuestros equipos y evitando las pérdidas de tiempos y recursos por falta de previsión. Respetando para ser respetados porque el respeto es más eficiente que la falta del mismo, porque Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte.

Y quizás sea por eso que finalmente vamos entendiendo que nadie está más arriba, sólo tiene una tarea diferente.

Expertos dudan de la existencia de Lao Tse, se cree que pudo haber sido creado por aquellos que trajeron el Tao, un compendio de saber popular que fue tan válido hace 2600 años como lo es ahora. Llenos de instrucciones tan sencillas como:
Anticipa lo difícil gestionando lo fácil.
Dominar a otros es fortaleza. El dominio de sí mismo es el verdadero poder.
El que está satisfecho con su parte es rico.
El conocimiento es un tesoro, pero la práctica es la clave para llegar a él.

Recordemos que mucho de lo que creemos inventar ya fue pensado, fue incorporado al saber popular, que tenemos la fortuna de ser parte de una época de conocimiento, que podemos aprender de grandes líderes y observadores, que nos dejaron experiencias y enseñanzas que no deberíamos desoír. La gran oportunidad de evitar errores ya cometidos y de surfear el Tao, sabiendo que realmente no sabemos nada y con la sonrisa de quien aprende a ver más allá de sus narices, con la seguridad de quien entiende que el control es una ilusión y que la vida es el camino y el camino es el cambio.

Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe. Cuando su trabajo esté hecho, su objetivo cumplido, ellos dirán: nosotros mismos lo hicimos

Autor: F. Mesaglio

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