miércoles, 27 de mayo de 2020

Dirigir en la crisis





Dirigir en situaciones de estrés requiere de líderes bien preparados, auténticos pilares apostados para sostener el humor y el clima laboral, ya que de estos dos depende el crecimiento y las posibilidades de sobrepasar las limitaciones impuestas por un ambiente tenso.

Argentina pasa en estos momentos por una importante crisis, que parte de lo económico y se asienta en lo político, pero que tiene su parte más compleja en el corazón de cada persona pisando esta tierra, en esa desilusión que causa el cansancio de estar haciendo siempre equilibrio sobre una plataforma que no para de moverse.

Y con este escenario nos enfrentamos a mucha gente que se balancea entre la ansiedad y la depresión. Que puede o no llegar a fin de mes, pero que a la vez se preocupa por el momento en que pueda saber si realmente es así.

Las oficinas no son ajenas al entorno, pero es en ese punto justamente en el que se puede trabajar para que el camino se allane.

Hacer de la oficina un santuario


En una Era en que las religiones perdieron esa preponderancia que antes las convertía en puntos de reunión, la gente busca reductos para el cuerpo y la mente que los haga sentirse contenidos por pares. Es de esta manera, que una gran estrategia es la de hacer de la oficina un refugio, un lugar donde se pueda descansar de la presión externa junto a un grupo al que queremos y respetamos.

Para lograr esto es necesario enfocar a la gente en cosas que la saquen de lo que es el día a día, potenciar por ejemplo la charla técnica, las innovaciones a nivel mundial, llevar la cabeza de cada persona en el equipo hacia un fin más sano y productivo, intervenir en las charlas políticas para hacerlas cortas, desviarlas y reconvertirlas. Reenfocar la energía puesta en algo que no tiene solución y por lo tanto no va a producir alegría y encaminar el ambiente hacia algo productivo que revierta las malas sensaciones con la recompensa inmediata del buen trabajo y de la aceptación de los pares.


Cambio de foco


La actualidad, las noticias, y sobre todo las malas se hacen parte del lenguaje diario, nosotros, tenemos la chance de cambiar esto, innovando, mostrando que hay cosas mas divertidas que el dolor mental producido por una situación como la actual.

Intensificar el trabajo, proponer tareas que funcionen como las misiones de un juego y que a partir de estas se pueda avanzar hacia algo más. Mezclar equipos, sacar a la gente de su zona de confort y llevarla al menos por un rato a un lugar distinto.

La gamificación del objetivo

Lograr un contexto de juego para la producción, buscar que el cumplimiento de objetivos dé ventajas a un equipo y hasta plantear un enorme juego de rol donde cada quest sea un hito de desarrollo.

Que cada situación lograda se festeje y genere nuevas oportunidades, llevar el lenguaje de la oficina hacia ese lugar en el que lo aspiracional desplaza a lo circundante. Clamar el estrés producido por la imposibilidad de cambiar el universo, con universos mas pequeños en los cuales sí se pueda lograr un cambio, dando así una sensación de control.

Dejar lo malo afuera


Algunas empresas por ejemplo piden a sus empleados que se quiten los zapatos al llegar, como un acto en el que se deja lo de afuera para el exterior y se convierte el espacio de trabajo en un oasis, en un lugar dónde lo malo de afuera no tiene porque entrar.

Se busca dar un entorno distinto para permitir que la gente deje de poner su centro de atención en lo que pasa afuera. Esta misma técnica permite que al ponerse los zapatos para irse, deje los temas laborales en ese mismo lugar para poder dedicarle su mente y su tiempo a su vida personal.


Dar perspectiva y marcar un norte


Quizás una de las funciones más importantes de la empresa en una época complicada sea la de comportarse como un barco, que mantienen a flote y con dirección firme a toda su tripulación. Que la gente sepa lo segura que está y hacia dónde se dirige el barco. Brinda una sensación de paz, esa paz baja el estrés y la calma producida beneficia la producción.


El mundo y la crisis


La gente tiende a pensar que las crisis suceden tan sólo en su entorno, mirar más allá de eso muchas veces no le es posible y en realidad el mundo entero está en mayor o menor tasa de crisis. Este concepto de ver el pasto del vecino siempre más verde cuando en realidad cada país lidia con algún tipo de situación apremiante. Pensémoslo, países como Noruega que están fantásticos a muchos niveles tienen altas tasas de suicidio por la falta de luz solar! y esa crisis no se soluciona salvo que encontremos una forma de correr el eje de la tierra para que nuestros hermanos noruegos puedan tener un bonito bronceado.

Lo importante


Es entender que la diferencia de sufrir o vivir es la decisión de cómo vamos a encarar la vida. Crisis es una palabra de múltiples realidades tanto subjetivas como objetivas, personales, zonales, universales o galácticas. Sólo resta decidir si vamos a ser víctimas o si vamos a ser artífices de nuestro propio destino.

Autor: F. Mesaglio

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