miércoles, 27 de mayo de 2020

Dirigiendo con ritmo




¿Qué tanto trabajo es mucho trabajo?


Mantener un equipo de trabajo a full puede parecer algo propio de la actualidad….. Dinámico dirán algunos, comprometido dirán otros……. una locura digo yo….. es agarrarse los dedos con la puerta adrede, por no ver que a mediano plazo eso va a originar un equipo agotado y con altas necesidades de cambio.

De la misma forma, un equipo que no tiene nada que hacer evidencia no sólo un error directivo, sino una arquitectura de personal defectuosa. Un equipo saludable nunca se queda sin quehaceres; si no hay nada para hacer, se debe cultivar la exploración de mejora continua, esto apunta a que un equipo estable y bien balanceado debe ser una usina de ideas.

En un punto ecuánime los equipos tendrán cuerda de más para usar su imaginación y estarán listos y descansados para cuando el fragor de la batalla lo requiera. Ese sweetspot nos va a dar como resultado colaboradores que no estén tan cansados para amargarse, ni tan libres como para aburrirse.

Hablan todo el día!


Existe la creencia de que un grupo que está todo el dia hablando y riendo no puede ser productivo, pero la realidad está en que esa actividad demuestra cohesión. Que suceda esto habla de la presencia de apoyo, camaradería en el equipo. Esta energía bien encauzada es la semilla creativa que toda compañía necesita.

Si un equipo ríe la función del líder es buscar la manera de que esa risa sea el hilo conductor para el desarrollo de cada cosa que produzca el equipo.

Si un equipo hace silencio es cuando un líder debe observar; identificar el por qué, investigar si sus colaboradores tienen todo lo necesario, si la tarea los supera o si simplemente no les gusta lo que están haciendo. Aprender a reconocer lo que necesita cada miembro del equipo permitirá la mejor utilización de los conocimientos y capacidades de cada uno de ellos...


La rutina


Acá nos encontramos con un punto complejo donde inunda discrepancia. Hay quien profesa la rutina como motor de estabilidad; yo la denosto como una tumba para nuevas ideas.

Aún así creo que ambas posiciones son válidas. Sin embargo, considerada en un contexto dado/determinado, un equipo trabajando al 100% necesita de una rutina para no perder el foco, para poder pararse en algún estándar, como baranda de una escalera que te deja subir y bajar más rápido sin miedo a caer.

Mientras que en un equipo que optimiza y cuida sus tiempos la rutina actúa como un yunque que tira muchas ideas hacia abajo, que evita que surjan porque rompería con la rutina y con ello esa malla de seguridad antes mencionada.

Y entonces, ¿Qué es mejor? ¿Mucho o poco?


El equipo sobrecargado de trabajo dura poco, sus integrantes suelen irse…. o peor, suelen quedarse y sufrir, lo cual los afecta como un todo. Y por ende afecta a la compañía. El team sin objetivos bien definidos se disgrega y cae en la misma situación.

No hay fórmulas perfectas, pero ¡menos es más!, Si me preguntan a mí, un equipo debe estar siempre al 60% de carga laboral. De esta forma lograremos que ante la necesidad extrema el grupo pueda dar el 120% sin verse afectada ni la moral ni la calidad del trabajo a realizar.

Un equipo al 60% es un equipo que ríe, y un equipo que ríe es un equipo que no falta, uno que hace las cosas queriendo hacer más por todos.

Crear/formar familias en los equipos depende de cada líder. Lograrlo es la diferencia entre lo disgregado y lo unificado, entre una tarea realizada con y sin cariño.

Autor: F. Mesaglio
Edición: V. Sundblad




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