lunes, 13 de noviembre de 2023

La vida es y la cuerda vibra


Como en el principio de la incertidumbre de Schrodinger la vida, si lo pensás, nos presenta dualidades inconexas  constantes, recordá que así cómo podés saber, dónde está el electrón no podés saber cuándo, y si querés saber cuándo, no vas a poder saber, dónde. 


La dualidad, esa fractura interior de una realidad, ese lugar en el que nos debatimos en el balance de nuestra más pura ignorancia, caminamos por esa cuerda que sostiene… no solo esa realidad que intentamos unir y transcurrir, sino la más pura esencia de esa humanidad en la que luchamos por no sentirnos simples “máquinas biológicas” agregando relatos sobre nuestras existenciales rutinas. 



Comprender que aquello que nos compone, que toda la materia que conocemos, que todo aquello que suponemos que “tocamos” no es más que espacio vacío y ocupado por campos electromagnéticos, que al final no hacen más que repelerse o atraerse entre sí. Claro, a nivel macroscópico nuestro cerebro interpreta como presión el desplazamiento de los átomos de nuestra piel hacia adentro cuando los átomos de nuestros dedos rechazan o se oponen a los átomos de aquello que creemos que tocamos. Así nos encontramos con el principio de impenetrabilidad de la materia, producido por un rechazo electrostático entre electrones.


Aún así, tenemos la chance de perdernos en ese inesperado subproducto de la vida, que no es más que un una incalculable cantidad de universos producidos por el sinfín de elucubraciones de la imaginación. 


Comprender la locura que se encuentra entre esta realidad que vivís y la que querés vivir es parte de ese camino en el que nos metemos sin saber, y nos vamos sin saber qué fue lo que realmente pasó, salvo que tengamos ganas de abrir los ojos y oídos, para maravillarnos con esa melodía que nos compone y rodea. 


Darnos cuenta que dentro de cada estructura de la vida que la ciencia nos ha permitido observar hay más cosas pequeñas que componen a las más grandes y que por ahora mirando dentro de lo más chico que habíamos encontrado, los quarks. Y de golpe miramos dentro de los quarks esperando encontrar otras estructuras mas pequeñas y lo que encontramos es algo que puede explicarlo todo, la vida, nuestra existencia, este plano de realidad. 


Dentro de los quarks encontramos ….. frecuencias, sonido, esa vibración elemental que nos mantiene en esta “cuerda” en esta realidad. donde nuestros átomos interaccionan pero no se tocan y de esa manera pueden mantener estructuras coherentes y complejas. 


Asociar la teoría de cuerdas con la música es una forma interesante de entenderla. Imaginá que las partículas fundamentales y las fuerzas en el Universo son como notas musicales. En la teoría de cuerdas, se postula que en lugar de ser partículas puntuales, estas "notas" o partículas son en realidad como cuerdas de instrumentos musicales vibrantes.


Al igual que las diferentes notas musicales surgen de las vibraciones de las cuerdas de un instrumento, las diferentes partículas y fuerzas en el universo surgen de las vibraciones de las cuerdas en la teoría de cuerdas. Así como las notas musicales pueden combinarse para formar melodías complejas, las vibraciones de las cuerdas en la teoría de cuerdas pueden dar lugar a la variedad de partículas y fuerzas que observamos en el universo.


Así la música nos presenta un émulo ideal para mostrar cómo nuestra realidad formada por quarks, átomos, moléculas, partículas, materia y ondas,  es básicamente una sinfonía cósmica en la que seres como nosotros, conscientes y evolutivos, transitamos y tenemos la increíble fortuna de poder disfrutar el resultado final, la versión editada y agrandada de ese Universo infinitesimal que desde un cúmulo de eventos desordenados conforma esta realidad que habitamos, en la cual discurrimos, reímos, lloramos, tememos, creamos.


Y nos demos cuenta o no somos partes de una sinfonía que se da en cada lugar en el que posamos la vista, deberíamos darnos cuenta de la cantidad de eventos que debieron darse para que los átomos que supieron ser partes de estrellas, hoy nos conformen y sean parte integral de aquello que causa que podamos tener un pensamiento o leer este artículo.


La vida, finalmente, no es otra cosa que la melodía, la frecuencia de nuestros componentes elementales ejecutando esa verdadera sinfonía que nos conforma y nos da la oportunidad de participar, de agregar nuestras propias notas en lo efímero y lo vacuo de este rincón de un Universo tan inmenso y tan compuesto por esas mismas frecuencias que nos constituyen. 


Ahora que sabés que las notas de las que estás compuesto afectan toda la música a tu alrededor, vibrá fuerte y hacete uno con el resto de las frecuencias que te rodean, la música que produzcas se va a extender tanto como vos lo desees, para que esa cuerda en la que transcurre tu existencia toque de forma positiva a tantas otras como sea posible y las ayude a entrar en sintonía, de vos depende que tu música sea escuchada. 



Autor: Fabian Mesaglio


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